Balneario de la Puda.

Se cree que, a raíz de un terremoto ocurrido, brotan desde el siglo XVIII las aguas sulfurosas que tanto renombre y prestigio dieron al balneario, que comenzaron a utilizarse con finalidades terapéuticas y medicinales en el año 1818.








En 1829 empezaron a construirse dos edificios de baños en cada una de las márgenes del río Llobregat, bajo la dirección facultativa del Dr. Antoni Coca i Rabassa en colaboración con Salvador Garriga, sastre de Esparreguera. Pronto afloraron los problemas económicos, y esta circunstancia empujó a Garriga al suicidio en 1831. Su hermano continuó las obras, asociado a Francesc Castells y Francesc Pedrosa. 



Constituido en una extensión de terreno de cabida de ocho mojadas y nueve mundinas, equivalentes a cuatro hectáreas, diecinueve áreas y veinticinco centiáreas y por los edificios puente, aguas, manantiales, fuentes y minas siguientes: 

Un edificio que ocupa una superficie de seiscientos veintitrés metros cuadrados y cincuenta
centésimos y se compone de plante baja en el que se hallan el despacho del Médico-Director, un largo corredor, habitaciones a ambos lados de este y un pequeño patio con una fuente en uno de sus extremos, de dos pisos destinados también a habitaciones, de desván y por una planta inferior en la que existen dos galerías de pilas para baños, piscinas y aparatos para diversos usos tres distintas fuentes o manantiales de aguas sulfurosas y contiene también varios aposentos y otras dependencias y un cuarto 
especial para una máquina de vapor; otro edificio (unido al anterior) de forma semicircular, que ocupa una superficie de doscientos sesenta y un cuadrados y treinta y dos centímetros y se compone de planta baja destinada a locales para oficina de administración, sala de espera, repostería y otras dependencias, de dos pisos destinados a habitaciones y de un altillo: otro edificio (unido al anterior) que ocupa una superficie de quinientos ochenta y dos metros setenta y dos decímetros cuadrados y se compone de bajos destinados a corredores, pasillos, capilla, cocina , horno y otras dependencias y dos pisos destinados a habitaciones; otro edificio (contiguo al que antecede), que ocupa una superficie de quinientos noventa y tres metros sesenta y ocho decímetros cuadrados y se compone de planta baja destinada a salón restaurante, salón de conciertos y sala de billares.





 


  


  


Durante los años 1842 y 1843 unas grandes riadas del Llobregat,inundaron y arrasaron por completo el balneario y los edificios colindantes.







4 Comments

  1. Pudiste entrar? ¿como? yo he visto a los perros y todo lo que se menea por alli.

    Hace tiempo que quiero ir a este sitio tan especial, ya que en la comunidad donde se encuentra hay otros tres que se llaman igual, uno de ellos totalmente desaparecido por una urbanizacion, y me queda visitar solo este.

    Bonitas fotos y buen report.

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  2. Hola Fraile.

    Yo conozco dos entradas. La última vez tuvimos que salir corriendo montaña arriba porque nos pareció escuchar a los perros en el piso de abajo.

    Si que es bonito el sitio, date prisa en visitarlo ya que cada día que pasa está peor.

    Saludos.

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  3. Lugar inquietante que hoy es un misterio en ruinas, pero lleno del encanto que siempre me fascinó.Desde muchos años atrás, muchos, lo he re
    corrido, con riesgo de caer por cualquier agujero negro. Tal vez por eso no se permite el rondar por allí. Y los perros, los de hace quince o veinte años, se ponían muy contentos cuando les llevaba mis deliciosas rosquillas, y movían el rabo. Siempre he pasado los veranos junto a esas ruinas, y os diría que no tardeis en verlas, porque tarde o temprano no quedará nada y es una verdadera pena.

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  4. Preciosas palabras anónimo.

    Como bien dices el sitio se deteriora más y más a cada día que pasa.
    Gracias a los perros que guardan bien el lugar, aún podemos deleitarnos la vista con lo poco que queda en el interior.

    Un saludo.

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