La Ciudad Residencial de Perlora, promovida por la
Organización Sindical Española al igual que otras levantadas en el resto de la
geografía española, surge de la necesidad de incentivar al trabajador
mediante el “acceso y disfrute de todos los bienes de la cultura, la
alegría, la milicia, la salud y el deporte”, aunque también pretendía mantener
la paz social.
A través de la Obra “Educación y Descanso”, encuentra en una planicie
costera de la parroquia de Perlora, llamada Llanos, un sitio idóneo para
implantar la primera Residencia de Productores de la región. Se trataba de un
conjunto de fincas de 359.065 metros cuadrados situados en un promontorio de
caliza de montaña que quedaba delimitado al Este por la playa de
Carranques y al Oeste por el río Espasa y la Ensenada de Perán.
A lo largo de su costa,
formadas por karstificaciones de la caliza, se sucedían pequeñas calas como la
de Los Curas o la de Entrellusa -antiguo puerto ballenero-,
la Isla de Perlora, zonas de acantilados en el
tramo Entrellusa-Socampos, y la playa de cantos deHuelgues, cerrada por
una sucesión de islotes que se convertían en rompeolas naturales
En sus
mejores momentos (1960 y 1970) llegaron a trabajar más de 200 personas, que
atendían a la vez a 1500 personas, pero es entre 1970 y 1980 cuando el complejo
comienza a ser conocido en el resto de España y adquiere un mayor volumen de
visitantes.
(Fuente)
La historia de este emblemático lugar comienza con la construcción de la
Residencia de Productores “Jacobo Campuzano”, en Agosto de 1952. Se trata
de un hotel de 90 habitaciones y 178 plazas a los pies de la playa de
Huelgues, abre sus puertas el 1 de Julio de 1954.
Durante su primer verano, 1.800 productores disfrutaron las vacaciones
estivales. Durante su existencia, sufrió los efectos de los temporales
invernales y también recibió sucesivas reformas que mejoraron y actualizaron
sus prestaciones.
(Fuente)
En poco tiempo, y ante el gran éxito de la Residencia, en seguida surgió
la necesidad de la construcción de una Ciudad Residencial. Concebido como un
conjunto urbanístico autónomo e independiente, se caracteriza por su baja
densidad distribuida por las más de 35 hectáreas. Siguiendo el modelo de ciudad
jardín y una división funcional, se trazan calles sinuosas que enlazaban las
plazas o nodos donde se situaban las principales dotaciones del conjunto:
Recepción, oficinas, bares, comercios, comedores, capilla, teatro al aire
libre, guardería, parque infantil y campos deportivos.
A lo largo de las calles, dispuestos de dos
alineaciones alternantes, se situaban los diversos chalets junto con
alineaciones de Plátanos y Arces. Y entre ellos, amplias praderías salpicadas
con pequeños bosquetes de Abeto de Douglas, Roble rojo americano, Pícea
europea, Castaño japonés, Castaño de Indias, Olmo Campestre y Álamo Negro,
Negro Canadiense y Temblón.
Los chalets eran construidos con el mismo patrón, comprendiendo chalets individuales, pareados o tríos
con 1, 2 o 3 habitaciones, baño, cuarto de estar y un espacio destinado a
hornillo eléctrico y en algunos casos fregadero.
La urbanización de los
terrenos comienza en Octubre de 1956 y también se inicia la comercialización de
la primera fase de chalets. Se ofrecían por 55.000 pts y derecho de superficie
del terreno por 50 años a aquellas empresas interesadas, las cuales podían
construirlos directamente, o por subasta o concurso, o mediante la solicitud al
Sindicato al que pertenezcan. Las empresas, de este modo, se encargan de su
mantenimiento y reparación, ofreciendo a sus trabajadores turnos quincenales
del 1 de Junio al 1 de Octubre, que en el primer año (1959) tenían unos precios
de 15 pts por persona y día. También el resto del año se podían ofrecer
turnos o fines de semana.
Durante el transcurso de la urbanización, tras distintas decisiones,
varias dotaciones no llegaron nunca a construirse o cambiaron de lugar. La
Guardería o el Teatro al aire libre se cayeron del proyecto, junto la multitud
de pistas previstas en la zona deportiva.
Existió también la posibilidad de construir un camping en 1958 dentro de
una de las manzanas, pero la idea no llegó a fructificar.
Durante la última ampliación, se enlazó la plaza de
Carranques con el mirador de la Isla con un paseo marítimo con sucesivos
miradores y escalonamientos, con una planta ondulante que se adaptaba al borde
rocoso.
(comedor 2)
Con la llegada de la democracia, y tras las
transferencias a la Comunidad Autónoma, la ciudad recibe en la segunda mitad de
los años 80 una intensa reforma visible en la ampliación del acceso, el puesto
de control, la reestructuración y reforma de la Residencia o la actualización
del interiorismo del Comedor nº1 y varios chalets, que tras dejar de pertenecer
a los distintos sindicatos franquistas, fueron a parar al propio Principado o a
empresas públicas como Hunosa.
Aun habiendo todas estas mejoras, se fueron
sucediendo a inicios de los 90 diversos derribos de chalets de los que las
empresas dejaron de hacerse cargo. Durante varios años, fueron desapareciendo
27 chalets, mientras otros se reformaban de forma más o menos intensa o
quedaron abandonados indefinidamente. Igualmente, el comedor nº2 fue también
olvidado, sirviendo alguna vez como sala de fiestas improvisada.
En 2002 se detectaron diversas deficiencias estructurales en varios de los edificios principales y algunos chalets. Las causas se debían a la mala calidad de los hormigones y morteros empleados, muy deleznables debidos al excesivo uso de arena, proveniente en muchos casos de las mismas playas, que corroían las armaduras. Debido a esto, se tomaron varias decisiones. Se determinó la clausura del Comedor nº1 y la Residencia, en la que se produjo un hundimiento del forjado de las cocinas. Debido al cierre del Comedor, se construyó por la vía de urgencia,uno nuevo en terrenos del parque infantil, levantado casi en su totalidad con sistemas prefabricados.
Otro edificio de los afectados, el Pabellón, fue reforzado en 2003 y
ampliado en 2004, lo que le dotó de una segunda escalera. Sobre diversos chalets se actuó reforzando
pilares, sustituyendo cubiertas o procediendo al derribo y reconstrucción por
parte de la Escuela Taller.
Finalmente, y ante la falta de actuación sobre la Residencia y el
Comedor, se decide a finales de 2005 el derribo total de la primera y parcial
del segundo, que perdió su torre. Desde entonces, y acusando un problema de
rentabilidad de las instalaciones, el Principado decide el cierre de la Ciudad
a la espera de un proyecto de reforma integral, con participación privada.
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